miércoles, 6 de octubre de 2010

La pingüina puta

Los pingüinos de la Antártida -los típicos rechonchitos de frac negro sobre blanco...- se llaman Adela porque  Adélie era el nombre de la mujer del tal Jules no-sé-qué que los descubrió a finales del siglo XIX paseando por esos lares. Caprichos de la Naturaleza, los pingüinos Adela construyen sus nidos con piedras, y claro, las piedras no abundan en la Antártida. Pues bien, en el único caso conocido de prostitución aviar, la pingüina Adela, monógama ella como buena pingüina, cuando su pareja está lejos, acostumbra a prestar favores sexuales a otros machos solteros a cambio de piedras grandes y buenas. Los machos “clientes” se quedan en ocasiones tan satisfechos que las hembras consiguen más piedras sin sexo, sólo a cambio de unos coqueteos. Una hembra especialmente coqueta logró 62 piedras con ese método. Llámala boba.

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